11/6/09

EL LADO OPTIMISTA DE LA VIDA

Hasta ayer yo era de los que creía que las compañías de seguros, por definición, estaban obligadas a apoyarse en un márketing cenizo.

Estaba convencido de que sus vendedores debían recordarnos incansablemente que estamos rodeados de tremendos peligros por incendio, inundación, accidente, enfermedad o pedrisco. Con terribles estadísticas en la mano deberían irradiar nuestra corteza cerebral con la temblorosa certidumbre de que de la crisis no saldremos sin que nos hayan robado por la noche, nos hayan reventado el coche o nos hayan enterrado sin haber firmado la póliza del seguro de vida o el flamante plan de pensiones, que es su producto estrella.

Hasta ayer pensaba que si no logran aterrorizarnos no alcanzarán sus objetivos anuales, con la automática pérdida del puesto de trabajo del que sale el pan de sus hijos.

Hoy reconozco que estaba muy equivocado. Pegado a los cristales de una conocida compañía de seguros me he tropezado, desde la calle, con un cascabelero cartel publicitario que nos invita, en un círculo amarillo, a ¡¡¡ vivir en positivo !!!.

"Conduce por el lado optimista de la vida", grita el eslogan principal del cartel.

Viva las madres que parieron tanto al creativo publicitario como al valiente ejecutivo que aprobó el lanzamiento de tan revolucionaria como inusual campaña.

Ahora mismo hago el agradecido propósito de acordarme cada día de ambos, para desearles éxito, y de decirme a mi mismo, a primera hora, las mañanas de los lunes:

-Majo, condúcete por el lado optimista de la vida.