3/9/08

BINGO

Las dos primeras semanas de septiembre -hasta que empiezan los colegios- una inacabable muchedumbre de jubilados en la reserva (¿porqué me ha de sonar a reserva india?) pasan a ejercer activamente... ¡de abuelos! . Los padres y las madres de miles de niños han vuelto ya al curro intenso y las puertas de los colegios van a tardar quince días en abrirse. ¿Qué hacer?

María Rosa y yo tenemos unos hijos que, en su papel de padres, sacan sobresaliente. Se organizan muy bien y toman inteligentes medidas para ser progenitores autosuficientes. Pero hay ocasiones en las que insinuan -raramente necesitan llegar a pedirla- alguna colaboración nuestra. Por ejemplo como supervisores seniors en alguna encrucijada complicada de ese encaje de bolillos que es organizar, día tras día, la actividad veraniega de dos familias numerosas.

Tenemos diez nietos y algunas mañanas de estas ejercemos de abuelos -con un cómodo soporte, todo hay que decirlo- con nueve de ellos.

Experiencia: supervisar a nueve es mucho más sencillo que torear sólo a dos. Un equipo de nueve dispone de una "retroalimentación lúdica vital" (¡olé la frase!), todo un motor turbo del que una simple parejita carece.

Siendo útiles lo estamos pasando bien. ¿Hay quien dé más?. Bingo.

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